Blonduos - Grundarfjordur (Peninsula Snaefellsnes).

Dejamos el pueblo de Blönduos para recorrer toda la costa de la peninsula de Vatnsnes, donde nos han comentado que es la mejor zona para ver focas. Recorremos un montón de kilómetros alrededor de la costa, por pista por supuesto, pero nada, ni rastro de las focas. Vamos parando en los pueblos, pocos, que nos vamos encontrando en nuestro camino, todos pesqueros y pequeños, de hecho en casi todos lo más grande y punto de reunión es el puerto. A lo largo del camino vemos un montón de ovejas, que se nos cruzan en la carretera, ¡que manía!, incluso en uno de los tramos unas señales de tráfico nos advierten del peligro de los pájaros. Una inmensa bandada de pájaros está en mitad de la carretera dificultando la conducción. Luego dudamos, que la señal de peligro pájaros fuese para cuando ibas conduciendo. Cada vez que parábamos para acercarnos a los acantilados para ver focas, se nos tiraban encima de la cabeza, haciendo un ruido rarísimo. De hecho creo que eran pájaros asesinos...

Por fin conseguimos ver las focas, hay bastantes. Están tumbadas al sol en unos pequeños islotes situados a unos 200 mt de la costa, demasiado lejos para nuestra máquina de fotos. Proseguimos el viaje y pasamos por el faro de Ytri - Anastadir.

Después de un buen trecho con el coche una señal de tráfico nos avisaba que este era el mejor sitio para ver las focas. Tuvimos que andar un ratillo y otra vez los pájaros la tomaron con nosotros, pero era verdad un montón de focas disfrutaban plácidamente del sol. Pero otra vez demasiado lejos para una buena foto.
Decidimos darnos media vuelta para ir a comer a Hvammstangi, uno de los pueblos en que habíamos parado anteriormente. La comida nos la ameniza toda la discografía de Elvis Presley, pero la trucha estaba buenísima. La cerveza no tanto, era una especie de agua amarilla con sabor a...nada.

Tomamos la carretera 61 y 59 rumbo a Grundarfjördur, destino de hoy. En el trayecto hemos visto muchísimo pato ¿?

En mitad del trayecto decidimos parar en Stykkismólmur. En la guía que llevábamos decía que había varias casas pintadas de diferentes colores en el puerto. Las casitas eran de madera y construcción típica de los pueblos pesqueros nórdicos, pero sin pintar. Eso sí, era un puerto bonito, y además teníamos que repostar.

Casi al final de la tarde llegamos a Grundarfjördur, en la península de Snaefellsnes. Esta localidad esta a los pies del fiordo homónimo y rodeado de una abrupta cordillera, que hace del paisaje una bonita postal. Quizás por tratarse de una ciudad poco visitada, lo más interesante de esta cuidad es su enclave.
Nos alojamos en un albergue juvenil, con habitaciones con literas. Pero tenemos la posibilidad de usar la cocina. Coincidimos con una familia de Italianos, de Bérgamo, y Nerea aprovecha la ocasión para practicar su italiano.
Después de dejar las maletas en la habitación, nos vamos al supermercado para comprar algo para la cena, y el desayuno de mañana.
Alrededor de las 22 horas, una vez que hemos cenado, damos una vuelta por el pueblo, donde destaca la iglesia. La vuelta no es muy larga, una horita más o menos.
Finalmente decidimos acostarnos, mañana nos espera un día algo más largo, nos recorreremos toda la península y subiremos al volcán en el cual se inspiro Julio Verne para escribir viaje al fondo de la tierra. Un maravilloso volcán de 1400 mt de altura.